miércoles, 9 de abril de 2014

A mi Bogota




Mi Bogotá infernal, de noches frías ,calles oscuras y  gente tibia.
Mi Bogotá de amores extranjeros que se enamoran por un rato y se van sin decir adiós, 
por que solo piensan que los buscan por interés, por una visa o simplemente por su acento y encanto
Mi Bogotá de pueblerinos que vienen solo a ensuciar y hablar mal de esta  ciudad que los recibe con amor
Mi Bogotá de sueños del querer  sentir  el amor de sus hijos por conocerla
Mi Bogotá llena de intolerantes y  gente sin memoria, una Bogotá llena de violencia y machismo por querer maltratar a la mujer.
Mi Bogotá de feministas insaciables por buscar la paz sin conseguirla.
Pero a pesar de todo amo a mi querida Bogotá,  por sus viejas calles llenas de huecos y graffitis
donde la juventud se impone con la fuerza de la creatividad, donde los extranjeros disfrutan 
de una vieja candelaria no por su arquitectura si no por que buscan y encuentran fácil
por que tenemos un cerro maravilloso que nos hace llegar a las estrellas, pero si vas tu novia pronto dejara de serlo, de una candelaria donde puedes encontrar el maravilloso liquido de nuestros antepasados esa deliciosa chicha que los universitarios disfrutan sin parar para  terminar en las mieles del sexo en una  sola noche, donde las metanfetaminas hacen parte de la cultura del centro.
De gobernantes que se disputan el poder por robar más y dejar una ciudad sin  educación ni salud que es lo mínimo del ser humado  sin contar con la destrucción su valores. 
Pero sigo amando mi Bogotá por esas madres cabezas de hogar que luchan día a día por sus hijos sin padre por tener una familia honesta, sencilla que a pesar de su humildad son felices.
Donde los asesinos ya no matan por lo material sino por intolerancia e  inconformidad de la sociedad, por ser bonita, por ser fea, gorda con anorexia, por que luchas, estudias o trabajas, o simplemente por querer el ultimo celular de gama alta
pero lo peor de todo de una Bogotá sin memoria de no hacer duelo por sus muertos, por el dolor de olvidar todo con una simple canción farandulera.